Morir en Puerto Rico hace medio siglo

Libro: #16/48 (2024)

Título: Lo que cuesta morirse en Puerto Rico

Autor: Manuel Méndez Saavedra

Publicación: 1972

En resumen: Un supuesto “exposé” sobre el negocio de la muerte, incluyendo las autopsias, las funerarias y los cementerios.

¿Por qué leí este libro?: Me gusta el tema de la muerte porque, si mis planes no fallan, pienso algún día estar muerto. Este libro me lo crucé en un pulguero, el título me despertó curiosidad y, aunque pueda sentirse obsoleto por tener 50 años, siempre me gusta conocer las perspectivas de otros tiempos.

El contenido: El tomo lleva una cronología en los procesos que atiende, imaginando un accidente de tránsito. Aquí comienza el primer paso, que es la determinación de si el perjudicado está muerto (un policía o fiscal, quien carece de preparación médica). Nos lleva por el negocio de las funerarias, y dedica sus páginas finales para presentar el deterioro de los cementerios.

Cerca del final, nos presenta el supuesto “negocio” de glándulas pituitarias, las cuales se destinaban a tratamientos para personas con enanismo (usé “negocio” entre comillas, pues la cantidad de dinero pagada es tan baja que apenas contaba como negocio). El autor, quien es abogado, se movilizó mediante la prensa para detener la práctica. Si bien es cierto que los familiares tenían derecho a conocer, la confusión que abonó, y la manera agresiva de su indignación, debe haber resultado en más mal que bien.

El libro incluye además muchas páginas sacadas de catálogos de equipo para funeraria, y otras fotos tomadas de cementerios mal cuidados.

¿Es bueno el libro?: A pesar de lo interesante del tema, el egocentrismo del autor -quien no para de pintarse como un paladín justiciero que ha sido perseguido por el gobierno- convierte la lectura en un ejercicio de pedantería.

Por otro lado, aunque muchas de sus inquietudes son válidas, la mayoría no tienen nada de ilegal o poco ético. Por ejemplo, se la pasa quejándose de que las funerarias traten de vender sus servicios. Ajá, ¿y?

Por ejemplo, el autor muestra muchas páginas de un catálogo que vende productos para preparar los cadáveres. Básicamente, le indigna que haya negocio con la muerte. Bueno, él es abogado, y nadie lo acusa de hacer negocio con la justicia. Esto es simple: Los servicios cuestan y deben pagarse, sean legales, de salud, o de disposición de los cuerpos.

Aquí es que entra lo interesante de leer libros de otra época, pues invita a contextualizar. Puerto Rico aún atravesaba una transformación acelerada de nuestras tradiciones. Lo común hasta entonces, era velar a los muertos en la casa, sin mayores alteraciones al cuerpo. La cultura de funeraria es, para el autor, una aberración. Esta postura, en lectura 52 años después, luce incomprensible.

Una buena curiosidad pero, aun así, hubiera preferido leer otra cosa.

Alexis Sebastián Méndez ©

Portada

Foto de una tumba en mal estado, pero con una lata de Royal Crown en buen estado…
Una página de catálogo, donde pretende demostrar que las cosas cuestan, supongo.

Otra. Ajá. Gracias.

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