Las locas aventuras de Rabbi Jacob

CINE / crítica

ALEXIS Sebastián Méndez

The Mad Adventures of Rabbi Jacob

Protagonistas: Louis De Funés, Claude Giraud

Director: Gerard Oury

Año: 1973

De qué trata: Esta comedia francesa nos presenta a “Victor Pivert”, un empresario repleto de prejuicios, que -en víspera de la boda de su hija- se ve involucrado en un conflicto entre musulmanes, y mientras huye, tiene que hacerse pasar por un rabino que una comunidad judía ha estado esperando.

Opinión: Antes de compartir mis impresiones del filme, algunas notas para explicar la relevancia de este título.

  • Louis de Funés es aún considerado como uno de los mejores comediantes que ha dado el cine francés. Este filme es uno de sus más populares.
  • Esta comedia rompió récords en varios países, y fue la cinta más taquillera del año en su país natal.
  • La película fue nominada para un Golden Globe como mejor película extranjera.
  • El filme es considerado, cinco décadas más tarde, como un clásico de culto.

Hay un punto que, en lo personal, me es relevante: Adoraba este filme cuando era un niño. La disfruté en el cine Roosevelt cuando tenía unos siete años, y después la repetí varias veces (no había VHS, pero mi colegio católico, para recaudar fondos, celebraba unas matinés especiales de cine cada cierto tiempo, y muchas veces ésta fue la producción presentada).

La película tiene varios momentos efectivos, pero hay dos instantes que son considerados clásicos. Hay un baile judío en que el protagonista, sin explicación aparente, domina casi a perfección. El otro momento está formado por unas escenas de pelea y escape dentro de una fábrica de chicles. Esto, para mí, era uno de los minutos cumbres de la comedia fílmica.

El problema cuando veo la película ahora es simple: Ya no tengo siete años.

Explico la escena. “Pivert” cae en un envase de chicle en proceso. Cubierto de la verdosa mezcla, intenta llamar a la policía para avisar que hay unos criminales “moros” en la fábrica, pero todo se le pega a los dedos. Cuando trata de levantarse de la silla, la misma se queda pegada a su trasero. Si camina, forma bombas de goma de mascar en la punta de los pies. Poco después enfrenta a los criminales, y todos van cubriéndose de la mezcla de chicle.

Esto es humor de slapstick, mejor conocido como “humor físico” o de “golpe y porrazo”, el cual me sigue pareciendo divertido, pero no tiene el mismo encanto que durante la niñez, etapa en que esto es básicamente el único humor que entendemos.

No quiero restar méritos al filme: La comedia de equivocaciones siempre funciona; aunque hay referencias a minorías, la cinta lo trata con cuidado (sabemos que los villanos son de algún país arábico, pero nunca se especifica); Louis De Funés parece el tío francés de Jim Carrey, con un talento admirable para las muecas.

Esto no alivia algunas dolencias del filme, en particular su conclusión: un “deus ex machina” en que todo se resuelve de manera muy atropellada y conveniente.

En fin, no hay nada grave con “The Mad Adventures of Rabbi Jacob” cuando se mira como lo que es: una comedia ligera de enredos y slapstick para pasar un rato divertido. Pero haberla repetido con el recuerdo de que es una de las películas con que más me reído en mi vida, solo me causó un gran desaire: No por la calidad del filme -que no tiene culpa- sino por lo remoto y alejado que me queda ese niño pequeño para quien todo era novedoso y especial en el cine.

Alexis Sebastián Méndez ©

29 de junio de 2024

Uno de los afiches del filme
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