Celebrando los complejos
Libro: #13/48 (2025)
Título: La gran colección de complejos
Autores: Ri Martí, Sonia Seda
Ilustrado por: Ada Montañez
Publicación: 2017
En resumen: Breves ensayos humorísticos sobre los distintos tipos de complejos que nos aquejan, con puntos de vistas del varón y de la mujer.

¿Por qué leí este libro?: Ricardo Martí es de mis autores locales predilectos desde que leí su primer libro (el título “Cuentos tan cortos que no aburren”, ya es un aviso de su capacidad para humor, en este caso haciendo referencia propia al medio). Inclusive, la primera vez que abandoné la columna de “La vida misma”, me sugirieron un reemplazo, y lo sugerí sin aun conocerlo (cuando eso ocurrió tiempo después, me asegura nunca haber recibido mis mensajes al respecto). El espacio lo ocupó otra de mis sugerencias, el brillante C.J. García (“¡Qué país más tropical!”).
El punto es que: No tenemos apenas escritores de humor. Sí, tenemos gente como Ernesto Ruiz y Josean Ramos, que han contribuido al género. Y aunque todos reconocemos la capacidad humorística de autores como Ana Lydia Vega, Mayra Montero y Luis Rafael Sánchez, nadie “mancha” su reputación literaria tildándolos de humoristas (esta repulsión al humor es tema para otro espacio). Hay algunos autores independientes adentrándose al género, pero es muy temprano para destacarlos.
Dicho esto: Las dos grandes representaciones en la literatura de humor contemporánea son el controvertible y original Alexis Zárraga Vélez, y el irreverente y absurdista Ricardo Martí.
Así que, por eso leí este libro.
El contenido: El libro está compuesto de cortos ensayos humorísticos en que uno de los dos autores discute el complejo en cuestión (chumbera, jinchera, pelo malo, etc.), y el otro aporta una observación final desde su género.
¿Es bueno el libro?: Esperaba divertirme, y así fue. Los ensayos son breves y, a pesar de la abundancia de temas, procuran no ser repetitivos en su tratamiento. Las ilustraciones aportan a la ligereza del trato a un tema que puede considerarse oscuro. En particular, disfruto cuando juegan con el medio escrito, utilizando distintos tipos de diseños de letras para exponer algunos puntos.
El único fallo que puedo observar es que nunca indican quién está escribiendo cada ensayo, y hay que leer un poco para concluirlo por el contexto, o hay que brincar al final del ensayo, donde está claro quién responde, y por tanto concluimos quién escribe.


Alexis Sebastián Méndez ©
9 de marzo de 2025