La religión para chiste
Libro: #26/48 (2025)
Título: Humor con agua bendita
Autor: Joaquín Antonio Peñalosa
Publicación: 1977
En resumen: Colección de chistes religiosos, específicamente de la religión católica.
¿Por qué leí este libro?: Repito: “Colección de chistes religiosos, específicamente de la religión católica”.

El contenido: Antes de que se indigne para demostrarle al mundo lo buen católico apostólico ortodoxo sangrigordo que es, comienzo aclarando de que el autor de esta colección es un sacerdote. Las primeras páginas las dedica a explicar la importancia histórica de los chistes dentro de la sociedad, el aprendizaje, la religión y, sobre todo, la salud mental y emocional de las personas.
Entonces arranca con un batallón de chistes vagamente clasificados (Cristo y los apóstoles, jesuitas, sacramentos, monjas, la limosna, y muchos más). Estimo que debe haber unos 500 chistes en este libro de 200 páginas.
Algunos:
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Diálogo con Dios:
–Señor, ¿cómo cuánto son para ti mil años?
–Mil años son como un minuto.
–Señor, ¿cómo cuánto son para ti mil pesos?
–Mil pesos son como un peso.
–Señor, entonces regálame un peso.
–Sí, pero espérate un minuto.
***
Era tan y tan gorda, que si ángel de la guarda tenía que dormir en otra cama.
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–¿Cuál es el santo patrón de los miopes?
–Casimiro.
–¿El más chiquito?
–San Francisco de “así-es”, o San Tito. Elija usted.
–¿La santa incompleta?
–Santa Clara, porque le falta la yema.
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Llegaron unos diablos al cielo a proponer a los ángeles un juego amistoso de fútbol.
–No tiene caso, –contestaron los ángeles– ustedes bien saben que todos los buenos jugadores de futbol están en el cielo.
–Tal vez, –replicaron los demonios– pero nosotros tenemos los árbitros.
***
La viejecita amonesta a un borrachín que se sienta junto a ella en la guagua.
–Usted no lo sabe, pero si sigue como va, llegará derechito al infierno.
El hombre se levanta a toda prisa gritando al chofer:
–Pare, pare, me quiero bajar. Me equivoque de guagua.
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–Padre, ¿es verdad que usted se dedica a separar a las mujeres del vicio?
–Sí, hijo, ese es mi trabajo apostólico.
–Bueno, padre, por favor me separa una.
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–Perdone la pregunta, padre, ¿es justo que la gente obtenga ganancias de los errores de los demás?
–No, señor, no es justo, ¿por qué me lo preguntas?
–Porque quiero que me devuelva los 300 pesos que le di cuando usted me casó.
***
En la clase de doctrina cristiana, el sacerdote interroga a los niños.
–¿Cuántos sacramentos hay?
–Ni uno –contesta Lupita.
–¿Cómo que ni uno?
–Los últimos se los dieron a mi abuelita.
¿Es bueno el libro?: Esto es un libro muy gracioso, aunque algunos chistes están perdidos para nosotros. Varios hacen referencia a figuras de la iglesia católica de México de la época en que el libro fue publicado (hace 48 años), y otros parecen dirigidos a los curas, pues son referentes a la misa en latín. Como sea, es divertido conocer el humor interno de los sacerdotes.
Pero lo anterior son las excepciones. La mayoría de los chistes funcionan sin lenguaje sucio (aunque no se escatima en incluir chistes picantes, sobre todo en la sección de monjas), y como esto fue publicado antes de los terribles escándalos de la iglesia católica (más que, como mencioné, fue escrito por un cura) no hay chistes de pedófila, que parece ser el tema de humor actual en chistes de sacerdotes.
En fin, un buen libro para acumular chistes religiosos.
Alexis Sebastián Méndez ©
20 de abril de 2025