Un blog en 2021

Lo sé: esto de abrir un blog en 2021, suena como si me antojara de empatarme con alguien por MySpace. Pero no soy persona que me vaya a molestar con esos ataques. Estamos hablando de alguien que tiene su email en Yahoo, así que ríndase.

Mis motivos para comenzar un blog es una necesidad de regresar a nuestras bases. Cuando comenzó el fenómeno de las redes, se abrió una oportunidad increíble para la libre expresión. Ya los músicos no necesitaban una disquera para ser apreciados; podíamos alcanzar cualquier libro publicado, tener acceso a información sin el filtro caprichoso de un editor, disfrutar tirillas cómicas sin la censura de la prensa y, más que nada, compartir abiertamente nuestras opiniones y pensamientos.

Pero ya no.

He intentado varias plataformas, que se resumen así:

Instagram

En un momento era el lugar idóneo para compartir fotos de tu plato de comida porque, aparentemente, el mundo desea conocer lo que vas a digerir. Ahora ha ido avanzando hasta fotos de a dónde va a parar esa comida o, específicamente, a fotos del culo de chicas empoderadas.

Por otro lado, es un buen lugar para compartir memes. Pero en general, el intercambio se limita mucho al aspecto visual.

Tik Tok

Nunca he tenido Tik Tok, por la sencilla razón de que no sé mover el culo. Y aún estático, tampoco sirve para Instagram.

Twitter

Esta plataforma es para gente de pocas palabras. Y lo único que la gente puede hacer en pocas palabras, es quejarse. Twitter es el lugar favorito para quienes desean coger todo por el peor contexto posible, y de quienes quieren lucir su tolerancia demostrando intolerancia total. Hablan con el culo.

Facebook

Aquí pude sobrevivir por muchos años. Lo mismo uno puede compartir un post corto, como extenso. Lo mejor es que, en mi percepción, cuenta con la mayor variedad de personas, en términos políticos, de edades, nivel social, raza y personalidades.

Facebook es conocido también como el “más sano”; es decir, el de contenido “más sano”. Ellos están dispuestos a darte oportunidades y avisos. Por ejemplo, hace unos años me suspendieron por compartir la siguiente foto:

Antes del regaño de Facebook, alguien se ocupó de agredirme verbalmente en mi página. Su argumento final, por tanto, fue reportarme.

Discutir sobre el sentido de humor es un asunto extenso y complicado que me tomaría varias entradas de blog, pero voy a resumirlo de esta manera: La risa que causa la foto no es porque nos alegremos de la situación miserable de la persona obesa. Esa manía de querer atar la risa con alegría por un hecho, es una necedad. La risa proviene de contrastes. La risa es la ironía del momento: se cayó (del carrito que tiene que usar por su obesidad) mientras intentaba alcanzar un botellón de refresco (que es causante de obesidad; el refresco le ha hecho dos daños en la foto).

Pero digamos que, a pesar de eso, usted no encuentra la foto graciosa, y la considera de mal gusto. ¿Acaso tiene el derecho a exigir que todos la aprecien como usted, o de lo contrario, no pueden verla, compartirla, o comentarla?

(Podría entender la controversia si la persona fuera reconocible, pero ni siquiera le vemos el rostro).

Como sea, entiendo que así es Facebook. Es una empresa privada, y tiene derecho a establecer sus parámetros. Aceptado. Me ajusto.

Pero ya no puedo ajustar más.

El mes pasado me “regañaron” por un post que consideraban “hate speech” (lenguaje de odio). ¿El status? El siguiente:

“Los hombres son más chismosos que las mujeres”.

 Podríamos decir que es lo contrario: Estoy atacando un viejo estereotipo que considero injusto hacia las mujeres.

Esta semana fueron más lejos: Me dieron un regaño, pero sin decirme el post. Supongo que tengo que adivinar.

Facebook pone sus condiciones, y ha decidido servirle a la comunidad “woke”. Bueno, están en su derecho. Entonces, no es el lugar que deseo para expresar ideas, y leer los puntos de vistas de otros. Dejaré mi página allí por conveniencia, pero para mis escritos, los referiré a mi blog.

Así que regreso a los comienzos de las redes, cuando el propósito era minimizar los filtros por editores. Bienvenidos a mi culo. Digo, a mi blog.

Alexis Sebastián Méndez (c)

16 de mayo de 2021

8 Comments on “Un blog en 2021”

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